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Simposio 1: Salud y calidad de vida

Diferencias sexuales en la regulación de la ingesta y la obesidad: una revisión sistemática basada en modelos murinos.

Autora:

  • Katrina Espinar-Herranz – Universidad Francisco de Vitoria

Resumen:

Introducción:
El estudio de la regulación de la conducta alimentaria y la obesidad ha demostrado diferencias significativas entre hembras y machos, influenciadas por factores hormonales, genéticos y epigenéticos. Sin embargo, muchas investigaciones han centrado su análisis en modelos animales machos, que genera una visión parcial del fenómeno y limita el desarrollo de estrategias terapéuticas eficaces para ambos sexos. La inclusión de hembras en los estudios preclínicos permite una comprensión más completa de los mecanismos involucrados, favoreciendo tratamientos más precisos y equitativos. Este trabajo analiza la importancia de considerar ambos sexos en la investigación, promoviendo un enfoque científico más integral y representativo. 

Objetivos:
Este estudio busca resaltar la importancia de incluir modelos murinos de ambos sexos en la investigación sobre la regulación de la ingesta y obesidad. Se comparan diferencias fisiológicas, neuroendocrinas y genéticas que influyen en la susceptibilidad a trastornos metabólicos. También se analiza el impacto de excluir a las hembras en estudios preclínicos y clínicos, evaluando las consecuencias de este sesgo en el desarrollo de tratamientos personalizados. Finalmente, se reflexiona sobre la necesidad de un enfoque más equitativo en investigación biomédica. 

Metodología:
Para evaluar la influencia del sexo en la regulación de la ingesta y el desarrollo de la obesidad, se realizó una revisión de estudios preclínicos con modelos murinos. Se compararon investigaciones que incluyeran tanto machos como hembras frente a aquellas que solo consideraban machos, analizando diferencias en la expresión de genes metabólicos, respuestas hormonales y regulación del apetito. Asimismo, se examinaron estudios sobre el impacto de este sesgo en el desarrollo de estrategias terapéuticas. La información recopilada se interpretó desde una perspectiva humanista, destacando la importancia de una ciencia más inclusiva y representativa 

Resultados:
Los estudios revisados muestran que existen diferencias significativas entre hembras y machos en la regulación de la ingesta, el metabolismo y la predisposición a la obesidad. Las hembras presentan variaciones hormonales cíclicas que influyen en el control del apetito, mientras que los machos tienen una regulación más estable. Se observó que excluir a las hembras en estudios preclínicos puede generar tratamientos menos eficaces para ellas, al no considerar sus particularidades fisiológicas. Los resultados subrayan la importancia de incluir ambos sexos en la investigación para desarrollar estrategias terapéuticas más precisas y adaptadas a la diversidad biológica 

Discusión/Conclusión:
La exclusión sistemática de las hembras en estudios preclínicos sobre ingesta y obesidad ha generado una visión incompleta de los mecanismos implicados, afectando la eficacia de los tratamientos en la práctica clínica. La revisión de la literatura evidencia que existen diferencias significativas entre machos y hembras en la regulación del metabolismo, lo que subraya la necesidad de ampliar la perspectiva científica. Desde un enfoque humanista, es fundamental promover una investigación más equitativa que considere la diversidad biológica y busque el bienestar integral de las personas. Incluir ambos sexos en los estudios no solo enriquece el conocimiento científico, sino que también permite diseñar estrategias terapéuticas más eficaces y respetuosas con la dignidad humana. 

Palabras clave:
Investigación preclínica, diferencias sexuales, obesidad, modelos murinos, equidad en ciencia.

Introducción:
Hablar de pornografía hoy en día es complejo, ya que su consumo no solo responde a placer o curiosidad sexual, sino también a estados emocionales desagradables o eventos estresantes. Esta investigación explora cómo la Inteligencia Emocional (IE) se asocia con los patrones de uso y el uso problemático de pornografía (UPP) en adultos españoles, considerando diferencias por sexo y edad.

Objetivo:
Estudiar como la inteligencia emocional se asocia con los patrones de uso y el uso problemático de pornografía en población adulta española, analizando las diferencias por sexo y edad. Como objetivos secundarios se busca estudiar si la Inteligencia Emocional presenta una asociación con la frecuencia de consumo de pornografía y UPP, analizar la asociación del sexo con el nivel de IE y el UPP y analizar la relación de la edad con el nivel de IE y el UPP.

Metodología:
La presente investigación adopta una metodología cuantitativa, de tipo transversal descriptivo-correlacional. La muestra consistió en 100 participantes, con edades comprendidas entre los 19 y los 48 años, pertenecientes a una población general no clínica. Los instrumentos utilizados incluyeron cuestiones sociodemográficas, la
Problematic Pornography Scale (PPCS), la Trait Meta-Mood Scale (TMMS24) y dos ítems de carácter voluntario con respuesta abierta, orientados a identificar los motivos que llevan al consumo de pornografía. El procedimiento implicó que los participantes aceptaran un consentimiento informado previo a completar el cuestionario, y solo aquellos que cumplían con los criterios de inclusión podían acceder al mismo. El análisis de los datos se realizó utilizando el programa estadístico SPSS versión 29.0, aplicando las pruebas de Kolmogórov-Smirnov, Spearman y la U de Mann-Whitney.

Resultados:
Los resultados mostraron que hay una mediana relación significativa entre IE y frecuencia de consumo o UPP, solo algunas dimensiones de UPP se correlacionaron con las dimensiones de comprensión y regulación emocional. Los hombres puntuaron más alto en todas las dimensiones de UPP, pero no se hallaron diferencias en las dimensiones de IE entre sexos. Los más jóvenes presentaron mayores puntuaciones en UPP, aunque la edad no impactó significativamente en las dimensiones de la IE.

Discusión/Conclusión:
En conclusión, la presente investigación revela un uso extendido de la pornografía, pero este no es de un uso problemático a nivel clínico, el UPP se da especialmente entre los hombres, lo que respalda la idea de que las nuevas tecnologías influyen significativamente en el comportamiento sexual, particularmente en el consumo de contenido pornográfico. En línea con otros estudios, se observa un perfil diferenciador entre los usuarios más frecuentes de pornografía, que tienden a ser hombres y de menor edad, pudiendo extenderse en edad adultas. Esta información resulta crucial para el desarrollo de estrategias efectivas que promuevan que el uso de la pornografía no es saludable y que puede generar un uso adictivo y problemático.

Palabras clave:
Inteligencia Emocional, uso problemático de pornografía,
adultos, regulación emocional

Preguntas y comentarios al autor/es

Damos cierre a nuestro espacio de diálogo del I Congreso Internacional de Jóvenes Investigadores INICIAte: Humanizando la investigación científica: la persona en el centro del proceso.
 
Queremos agradecer profundamente a cada ponente por su valiosa participación, por compartir sus saberes, sus preguntas y sus búsquedas. Han hecho de este espacio un verdadero lugar de encuentro y reflexión.
 
Nos vamos con el corazón lleno de inspiración y con la certeza de que es posible hacer ciencia desde el respeto, la humanidad y el compromiso con la persona. Esperamos reencontrarnos en una próxima edición, con nuevas voces, nuevas investigaciones y el mismo deseo de seguir creciendo juntos.
 
¡Hasta pronto y gracias por ser parte de este evento!

17 Comentarios

  1. Hola, mi nombre es Patricia Ruiz Bravo, de la UFV. Es fundamental reconocer cómo la exclusión de hembras en estudios preclínicos ha limitado nuestra comprensión de la regulación de la ingesta y la obesidad. Este sesgo no solo afecta la validez de los resultados, sino que también impide el desarrollo de tratamientos equitativos y efectivos. Reflexionar sobre la importancia de una investigación inclusiva nos lleva a considerar cómo podemos mejorar la equidad en la ciencia y garantizar que los tratamientos sean adecuados para todos. Muchas gracias por tu presentación.

    • ¡Hola Patricia!
      Muchísimas gracias por tu comentario, me alegra mucho que hayas señalado un aspecto tan crucial. Coincido plenamente contigo: la exclusión sistemática de hembras en estudios preclínicos no solo limita la validez externa de los resultados, sino que también perpetúa una ciencia parcial, con implicaciones muy reales en la práctica clínica.
      Uno de los principales retos que enfrentamos es precisamente cuestionar las inercias históricas de la investigación biomédica, que muchas veces ha priorizado la supuesta «homogeneidad» de los modelos masculinos, dejando de lado una parte esencial de la variabilidad biológica. Esto, como bien mencionas, no es solo una cuestión metodológica, sino profundamente ética: si aspiramos a una ciencia que busque el bienestar integral, necesitamos integrar la diversidad desde el diseño experimental hasta la interpretación de resultados.
      Además, incorporar una perspectiva inclusiva no implica únicamente sumar hembras a los estudios, sino también comprender cómo las diferencias hormonales, genéticas y epigenéticas interactúan con los entornos y afectan los resultados. Solo así podremos avanzar hacia tratamientos más personalizados, eficaces y justos.
      Gracias nuevamente por tu interés y reflexión. Este tipo de intercambios nos impulsan a seguir construyendo una ciencia más equitativa y comprometida con todas las personas.
      Un saludo afectuoso,
      Katrina

  2. Hola, soy Jaime Merillas, de la UFV. Me parece realmente importante el aporte que da esta revisión sistemática al campo de la regulación alimentaria y la obesidad, enfatizando la importancia de incluir modelos de ambos sexos para tratar de obtener tratamientos lo más igualitarios y efectivos posible. Me alegra ver cómo se avanza hacia tratamientos que consideren las diferencias reales entre las personas, así seguro alcanzaremos una salud equitativa para todo el mundo. Muchísimas gracias por tu presentación y espero que tu trabajo sirva de ejemplo para que se realicen más investigaciones sobre esta misma materia.

    • ¡Hola Jaime!
      Muchas gracias por tus palabras y por tomarte el tiempo de comentar. Me alegra enormemente que valores el enfoque de esta revisión, porque justamente uno de los objetivos principales era visibilizar la necesidad urgente de replantear cómo diseñamos nuestros modelos de investigación desde una perspectiva más inclusiva y representativa.
      Coincido plenamente contigo en que solo a través del reconocimiento de las diferencias reales entre los individuos —y no solo desde el sexo biológico, sino también considerando factores contextuales y psicosociales— podemos acercarnos a tratamientos verdaderamente equitativos y efectivos. La idea de una «salud personalizada» no puede construirse desde la homogeneización de los datos, sino desde la aceptación y estudio de la diversidad.
      Ojalá este trabajo contribuya, como bien dices, a que más investigaciones se animen a adoptar enfoques similares, porque el cambio estructural en la ciencia no lo hace una sola voz, sino una comunidad crítica y comprometida.
      Gracias de nuevo por tu apoyo y tu reflexión tan valiosa. Un saludo muy cordial.

  3. Hola, mi nombre es Sofía Morelly, estudiante de Psicología de la UCAB (Caracas, Venezuela). Considero sumamente importante y relevante el exponer las limitaciones en torno a la generalización de resultados de un estudio cuando la muestra está, en su mayoría, conformada por sujetos de un solo sexo. Ahora bien, noto que con mayor frecuencia se hacen muchas recomendaciones, sobre todo en redes sociales, sobre tratamientos para la obesidad basados en esos estudios. Que propondrías para concientizar estas limitaciones de los hallazgos para mujeres?

    • ¡Hola Sofía!
      Muchas gracias por tu comentario y por traer a la conversación un tema tan relevante y actual. Coincido completamente contigo: es preocupante cómo en redes sociales se difunden recomendaciones sobre tratamientos para la obesidad sin tener en cuenta las limitaciones metodológicas de los estudios en los que se basan, especialmente cuando esos estudios solo han sido realizados en sujetos de un solo sexo, generalmente varones.
      Concientizar sobre este problema implica, en primer lugar, hacer un esfuerzo por traducir el conocimiento científico a un lenguaje accesible, sin perder el rigor. Es fundamental explicar de manera clara por qué no es adecuado generalizar resultados a toda la población cuando la muestra no es representativa. Aquí, la divulgación científica con perspectiva de género juega un papel clave: necesitamos más espacios donde se expongan estas diferencias de manera comprensible para el público general, y donde se cuestione abiertamente la falta de inclusión en los estudios.
      También es importante fomentar una actitud crítica frente al consumo de información sobre salud, tanto en quienes estudian disciplinas relacionadas como en la población general. Desde nuestra formación en Psicología, por ejemplo, podemos promover una lectura reflexiva de la evidencia, enseñando a identificar qué tipo de muestra se utilizó en una investigación y cómo eso afecta la validez de sus conclusiones.
      Además, sería muy valioso que los generadores de contenido en redes sociales —como profesionales de la salud, influencers o entrenadores— adoptaran una postura más responsable, indicando claramente las limitaciones de los estudios que citan. Menciones tan simples como “estos hallazgos se basan en estudios realizados solo en hombres” ya ayudan a sembrar una conciencia crítica en la audiencia.
      Por último, y no menos importante, debemos seguir impulsando desde la investigación académica la necesidad de incluir a mujeres en los estudios preclínicos y clínicos. Solo así podremos construir una base de conocimiento que verdaderamente refleje la diversidad biológica y permita desarrollar tratamientos más eficaces y justos para todas las personas.
      Te agradezco muchísimo tu reflexión, porque demuestra una mirada sensible y crítica, cualidades fundamentales para avanzar hacia una ciencia más inclusiva y socialmente comprometida.
      ¡Un abrazo desde aquí!

  4. Buenas tardes, soy Jiaqi Chen de la UFV.
    Me parece muy interesante este tema de investigación, porque muestra claramente cómo el sexo influye en diferentes aspectos fundamentales como la regulación de apetito, el metabolismo y la obesidad. No me había imaginado que las diferencias biológicas, como los niveles hormonales, entre hembras y machos pudieren tener tanta diferencia. Me ha impresionado cómo afecta el control de la ingesta a las hembras por las variaciones hormonales, con más facilidad de acumular grasa subcutánea. Es destacable que nos demos cuenta en la importancia de incluir ambos sexos en los estudios.
    ¿Qué obstáculos cree que aún existen en la comunidad científica para incluir de forma equitativa a las hembras en los estudios?

    • ¡Buenas tardes, Jiaqi!
      Muchas gracias por tu comentario y por tu interés en el tema. Me alegra que te haya resultado revelador, porque uno de los objetivos de este trabajo es justamente visibilizar cómo las diferencias biológicas entre sexos, que muchas veces se subestiman o se pasan por alto, tienen un impacto real en procesos como la regulación del apetito, el metabolismo y la predisposición a la obesidad. La acumulación de grasa subcutánea en hembras, mediada por los cambios hormonales cíclicos, es solo uno de los muchos ejemplos de cómo el cuerpo responde de manera distinta según el sexo, y por eso es fundamental que esa diversidad esté representada en los estudios.
      Respecto a tu pregunta, los obstáculos para incluir a las hembras de forma equitativa en los estudios son varios y, en muchos casos, estructurales. Uno de los principales es la persistencia de una idea errónea dentro de la comunidad científica de que incluir hembras “complica” los experimentos por las variaciones hormonales, lo que se ha traducido históricamente en una preferencia por los modelos masculinos, considerados supuestamente más “estables”. Esta simplificación no solo es metodológicamente limitada, sino también éticamente cuestionable, porque priva a la ciencia de una comprensión más completa y realista de los fenómenos biológicos.
      Otro obstáculo importante es la falta de políticas claras y exigencias por parte de muchas revistas científicas y entidades financiadoras, aunque afortunadamente eso está empezando a cambiar. En los últimos años, algunas instituciones han comenzado a exigir que se justifique científicamente la exclusión de un sexo en los estudios preclínicos, lo cual es un gran paso hacia una ciencia más inclusiva. Sin embargo, todavía queda mucho por hacer en términos de concienciación y formación, ya que este sesgo muchas veces se perpetúa de manera inconsciente.
      Por eso, diálogos como este son tan valiosos. Cuestionarnos, reflexionar y compartir estas inquietudes es parte del camino para transformar la manera en que hacemos ciencia y construir un conocimiento que represente mejor la realidad diversa que habitamos. Gracias nuevamente por tu aportación tan interesante.
      ¡Un saludo muy cordial!

  5. Hola, me llamo María Fernanda Costa, este estudio me ha parecido muy interesante y necesario. El análisis realizado invita a reflexionar acerca de esta perspectiva y que puede afectar la comprensión real de la conducta alimentaria y la obesidad, y cómo la inclusión de hembras en la investigación de cierta forma permite obtener unos datos más completos y representativos. Considero que es un gran aporte para avanzar en tratamientos más precisos, basados en la evidencia que valore diferencias entre los sexos biológicos.

    • ¡Hola María Fernanda!
      Muchas gracias por tu comentario, me alegra mucho saber que el estudio te ha parecido interesante y, sobre todo, que compartes la importancia de adoptar una mirada más inclusiva en la investigación científica.
      Efectivamente, como bien señalas, dejar fuera a las hembras en los estudios no solo limita nuestra comprensión de la conducta alimentaria y la obesidad, sino que también nos aleja de una ciencia que refleje verdaderamente la complejidad y diversidad de los cuerpos. Incluir a ambos sexos permite observar patrones distintos, comprender cómo influyen las variaciones hormonales, y sobre todo, identificar mecanismos que podrían estar invisibilizados si solo nos enfocamos en un tipo de organismo.
      Avanzar hacia tratamientos más precisos implica reconocer estas diferencias y dejar atrás la idea de que “uno sirve para todos”. La medicina basada en la evidencia no puede ser completa si esa evidencia está sesgada desde su origen. Por eso es tan necesario seguir promoviendo estudios que contemplen la variabilidad biológica desde el diseño experimental, y que a su vez integren un enfoque más humanista, que valore la equidad como parte del rigor científico.
      Te agradezco mucho tu reflexión, porque demuestra una conciencia crítica que necesitamos cada vez más en la ciencia.
      ¡Un abrazo y gracias por tu interés en este trabajo!

  6. Buenas tardes! Me ha encantado tanto el enfoque como la perspectiva desde la que se trata este tema tan importante, el estudio promueve una ciencia más inclusiva y representativa que me parece esencial para avanzar en el tratamiento de la obesidad y otros trastornos metabólicos de manera equitativa y efectiva.
    Muchísimas gracias,
    Lucía del Carmen Escribano Castex

    • ¡Buenas tardes, Lucía del Carmen!
      Muchísimas gracias por tus palabras, me alegra profundamente que hayas conectado con el enfoque del estudio. Justamente, uno de los principales objetivos era poner sobre la mesa la necesidad de una ciencia que no solo busque respuestas, sino que también se cuestione cómo las busca y a quiénes representa en ese proceso.
      Hablar de una ciencia más inclusiva no es solo una cuestión de equidad —que ya de por sí es fundamental—, sino también de calidad científica. Cuanto más diversa y representativa es la investigación, más sólida, aplicable y útil resulta. En el caso de la obesidad y los trastornos metabólicos, trabajar desde esta perspectiva permite identificar diferencias clave en la fisiología de hembras y machos, lo que en última instancia nos acerca a tratamientos más efectivos y personalizados.
      Gracias de corazón por tu mensaje, por tu sensibilidad hacia el tema y por valorar la importancia de construir una ciencia que no deje a nadie fuera.
      Un abrazo muy grande.

  7. Buenas tardes Katrina, he de reconocerte que hice la tesis con animales de experimentación y ni me planteé el tener en cuenta el sexo del animal. En mi caso fue un estudio histológico e histomorfométrico sobre la regeneración ósea con ácido poliláctico y poliglicólico en cerdos minipigs. ¿Crees que debería haberlo tenido en cuenta?
    Te felicito por tu trabajo, enhorabuena!!!!

    • ¡Buenas tardes!
      Muchas gracias por tu sinceridad y por compartir tu experiencia, me parece valiosísima. La realidad es que durante muchos años, y aún hoy en día, no se consideraba prioritario tener en cuenta el sexo del animal en estudios preclínicos, especialmente cuando se trataba de investigaciones centradas en aspectos aparentemente “neutrales” como la histología o la regeneración tisular. Así que tu caso no es la excepción, sino más bien el reflejo de una práctica que ha sido la norma en muchas áreas de la ciencia.
      Dicho esto, creo que no se trata de juzgar el pasado, sino de preguntarnos cómo podemos mejorar de aquí en adelante. Incluso en estudios como el tuyo, que aparentemente no están ligados directamente a sistemas regulados hormonalmente, hay investigaciones que empiezan a mostrar que las diferencias sexuales pueden influir en procesos como la regeneración ósea, la respuesta inflamatoria o el metabolismo de biomateriales. Así que sí, probablemente habría sido útil —o al menos interesante— considerar el sexo como una variable más.
      Lo importante es que ahora estamos teniendo esta conversación, y que personas como tú, con experiencia en investigación, se abren a reflexionar sobre estos temas. Eso ya es un paso enorme hacia una ciencia más rigurosa, representativa y consciente.
      Gracias de corazón por tus palabras y por tu felicitación, me alegra mucho que el trabajo te haya hecho pensar en nuevas perspectivas. ¡Un abrazo!

  8. Hola , katrina, soy Aysa , estudiante de la UFV. Nunca me imaginé que el procesamiento alimenticio puddiera ser tan diferente entre ambos sexos. Me parece conveniente diseñar estudios estandarizados, al menos como punto de partida, de esta manera las recomendaciones podrian adapatarse mejor a las caracteristicas de cada grupo y evitar tratar a todos como si sus cuerpos funcionaran igual. Que estrategias planteas que podriamos hacer para que hagan estudios diferenciales entre ambos sexos, ya que todavia no se ha conseguido?

    Gracias me ha encantado tu investigacion.

    • Hola Aysa,
      Gracias de corazón por tu mensaje, me ha hecho mucha ilusión leerlo. Me alegra muchísimo que te haya interesado la investigación y que te haya hecho reflexionar, porque precisamente esa es una de las metas: abrir conversaciones que nos lleven a cuestionar lo que hasta ahora hemos dado por sentado.
      Tienes toda la razón, durante demasiado tiempo se ha tratado el cuerpo masculino como el modelo “neutral”, y eso ha dejado fuera matices fundamentales sobre cómo funcionan los organismos en función del sexo. Cambiar esto requiere voluntad desde muchos frentes. Creo que un primer paso clave es que desde la universidad empecemos a incorporar esta mirada crítica. Si como estudiantes empezamos a hacernos preguntas con esta sensibilidad, el cambio empezará desde la base. Además, cada vez más organismos que financian ciencia están exigiendo que los estudios incluyan el análisis por sexo y género, lo cual es una forma efectiva de empujar a quienes investigan a considerar estas variables desde el diseño del estudio y no como una reflexión de último momento.
      También es muy importante que quienes trabajamos en ciencia hablemos de estas desigualdades en voz alta. Que lo compartamos en congresos, en publicaciones, incluso en espacios menos académicos. La visibilización genera presión y, sobre todo, crea una comunidad que pide que las cosas se hagan de otra manera. Y por supuesto, hay un componente técnico esencial: no basta con incluir mujeres en las muestras, también hay que hacer análisis diferenciados y diseñar hipótesis que contemplen posibles diferencias. Solo así podremos traducir los hallazgos en recomendaciones que de verdad se adapten a las necesidades de cada grupo.
      Te agradezco mucho tu interés y tus palabras. Me alegra saber que hay estudiantes como tú que ya están mirando con ojos críticos. Esa es, sin duda, la mejor señal de que vamos por buen camino.
      Un abrazo,
      Katrina

  9. Este diaporama expone de forma clara y rigurosa cómo el sexo biológico influye en la obesidad, el apetito y la eficacia de los tratamientos. A través de una revisión bibliográfica sólida, se demuestra que la exclusión de hembras en estudios preclínicos ha generado tratamientos menos efectivos para mujeres.
    El trabajo destaca la importancia de incluir ambos sexos en la investigación, utilizando modelos murinos para entender mejor las diferencias fisiológicas y hormonales. Además, plantea la necesidad urgente de un cambio estructural para lograr una medicina más personalizada, eficaz y equitativa.
    En resumen, una presentación muy bien fundamentada que aporta una mirada crítica y comprometida con la equidad en salud. Pues, es un súper trabajo !


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